Ciertamente el mejor canal de difusión de la música en todos sus aspectos es el contacto directo con el público. Ya sea a través de conciertos, clases abiertas o exposiciones.
Han pasado dos años desde mi primer experiencia como luthier aficionado y algún tiempo más de investigación histórica de la música medieval y hasta el momento nunca había transpuesto el umbral de la puerta de mi casa más allá de esta página y algunos otros contactos vía Internet. Me pareció oportuno entonces sacar mis instrumentos al mundo exterior para ponerlos a consideración. Dado el escaso tiempo del que dispongo no ha sido posible formar (por el momento) algún grupo específico para interpretar un repertorio adecuado, por esta razón eché mano a la opción más lógica, las exposiciones.
Mi primera experiencia fue en la ciudad de Rosario, en el marco de la 1º Jornada de educación musical 2008, organizado por el FLADEM (Foro Latinoamericano de Educación Musical) el pasado 7 de Junio. La segunda fue ayer, 13 de Julio en mi ciudad, San Carlos Centro, en el marco de la 1º feria del libro y la cultura.
Ambas experiencias fueron altamente positivas desde varios aspectos. Primero y más importante, en lo educativo, si bien los espacios fueron diferentes, siendo el primero específicamente destinado a músicos y docentes de música y el segundo para público general, la mayoría de la gente jamás había tenido la posibilidad de ver y oír un instrumento de música medieval, sorpresivamente debo destacar que despertó mayor curiosidad entre las personas sin formación musical, muchos se acercaron con una batería de preguntas de todo tipo, lo cual me llenó de alegría, así me pasé toda la tarde dando rienda suelta a mi otra faceta, la docencia. Incluso niños de escuela primaria se acercaron pidíendome que los dejara experimentar, así se formó por momentos pequeños grupos improvisados de interpretación ad libitum, un verdadero caos, pero altamente positivo , niños de entre 8 y 12 años tratando de arrancar un sonido del rabel o la fídula no es una experiencia que se vea todos los días.
Luego la posibilidad de tomar contacto con gente interesada en la adquisición o difusión del material seguramente dará nuevas posibilidades de presentar mi humilde trabajo. Por lo tanto puedo afirmar que el primer "salto al exterior" fue bueno y saludable para mis instrumentitos, al fin y al cabo nacieron para eso, en casa ya estaban aburridos.