viernes, 21 de diciembre de 2007



He aquí la imagen del Rabel nº1. La fotografía fue tomada en una cabaña estando yo de vacaciones en Alta Gracia, Córdoba, me pareció interesante la combinación. Puede notarse aquí cierta particularidad en el formato de la caja, el modelo inicial presenta contornos menos pronunciados. En este punto es interesante destacar la relativa libertad de diseños en los modelos pastoriles, he visto tantos como uno pueda imaginar y poner un sello personal me pareció oportuno. Es a las vez funcional y estético.

En relación al arco, aún hoy sigue en constante proceso de mutación, al final sigo utilizando un arco de violín convencional. A continuación les mostraré algunas imágenes del proceso de construcción.

Etapa de vaciado. En ese entonces solo contaba con una gubia y una escofina bastante gastada, sumado a la densidad de la madera (soita), se transformó en una prueba de resistencia, trasponer este umbral me indicó que mi inquietud acerca de la luthería no era infundada. El contorno general lo logré gracias al taladro de mano, luego escofina. El uso del taladro no se contraponía a mi consigna, pues supuse la existencia en ese medio de al menos un berbiquí.


No se engañen con el color blanquecino de la madera, es tan dura y terca como quien les escribe, la pulseada fue pareja.


Aquí vemos ya encolada la tapa armónica de Kiri, esta madera es muy curiosa, según me comentaron es una especie experimental que fue creada para reemplazar en algún sentido al cedro, lógicamente con una taza de crecimiento sensiblemente menor, se utiliza para usos múltiples y por lo general poco decorosos, como embalajes, cajones para transporte, etc. Posee una densidad bajísima y sobre todo se consigue a muy bajo costo.....en mi caso gratis!!!!. Con este perfil imaginaba una sonoridad modesta pero me ha sorprendido , este muchachito puede ponerse a la par de un violín sin despeinarse, aún sin contar con alma ni barilajes , tal como debe ser.

Una anécdota para finalizar. La mesa de carpintero que ven pertenece a un amigo que no le daba uso alguno, cuando le propuse comprarla me dijo: Hagamos esto: tu la usas hasta que te canses y depués me la devuelves. Craso error......moraleja: los hombres son prisioneros de sus propias palabras.

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